Por: Luis Gutiérrez
Cita bíblica: Reina y Valera 1960
POR MEDIO DE VISIONES Y SUEÑOS el SEÑOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA alerta a la raza humana sobre las cosas que sobrevendrán si no mostramos arrepentimiento ante el TRONO ALTÍSIMO DE LA GRACIA.
Por lo anterior, esto es lo plasmado en el Libro del profeta Joel (capítulo 2, versículos 28 al 32), reflejado a su vez en el Libro de Hechos de los Apóstoles, capítulo 2: 17-21...
Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne,
Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán;
Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños;
2:18 Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días
derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.
2:19 Y daré prodigios arriba en el cielo,
Y señales abajo en la tierra,
Sangre y fuego y vapor de humo;
2:20 El sol se convertirá en tinieblas,
Y la luna en sangre,
Antes que venga el día del Señor,
Grande y manifiesto;
2:21 Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.
Las personas de nuestro tiempo, no quieren oír, no quieren escuchar. Quieren, como dicen las Escrituras, "paz y tranquilidad" sin caer en cuenta que tras esas palabras -en estos tiempos peligrosos- lo que viene es destrucción repentina; sólo los que tengan una relación personal con JESUCRISTO saben que poseen la salvación y vida eterna si resisten hasta el final de sus respectivas carreras en esta existencia, no importa cuáles sean los acontecimientos que sobrevengan a este mundo.
Dice en el Evangelio de Lucas, capítulo 21, lo siguiente... 21:25 "Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas".
Saquen ustedes sus propias conclusiones y sopesen si seguirán sus propios instintos (DIOS permite el libre albedrío, mismo que por supuesto traerá consecuencias, por lo general nefastas para los desobedientes, soberbios y blasfemos) o decidirán aceptar en sus corazones a JESÚS DE NAZARETH, el Hijo de DIOS, para que en vuestro vivir se cumpla Juan 3:16-18: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
3:17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. 3:18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios".
La decisión, amigo o amiga que nos lee, ahora es toda suya. Piense qué camino tomará en los tiempos del fin. DIOS LES BENDIGA.