GEODINAMICA DEL
CARIBE Y NORTE DE VENEZUELA
En las fronteras y en el
interior de la placa Caribe se presentan varios regímenes tectónicos. En
general, su límite norte se encuentra sometido a régimen de transcurrencia, con
variaciones que se manifiestan con transpresión al sur de Puerto Rico y La
Española, extensión con expansión y generación de corteza oceánica en la Fosa
Cayman y, transtensión en el paso de Mona localizado entre Puerto Rico y La
Española y el paso Anegada, al este de Puerto Rico. El borde sur también bajo
régimen de transcurrencia presenta transpresión en el cinturón deformado del
sur del Caribe y al norte de Panamá, junto con transtensión en la fosa de
Cariaco. El límite oriental de la placa se localiza un poco al este del arco
volcánico de las Antillas Menores, en la zona de subducción, donde la placa del
Atlántico se hunde hacia el oeste por debajo de la placa Caribe. La frontera
occidental es marcada por la fosa del Pacífico con la subducción hacia el este
de las placas de Nazca y Cocos (Fig. 3)
(PINDELL et al. 2010).
Los peligros de
tsunamis en el sur del Caribe se deben a que parte del límite meridional de la
placa Caribe con Suramérica son los sistemas de fallas transcurrentes del NNE
de Venezuela denominados San Sebastián-La Victoria y El Pilar-Casanay, los
cuales se internan en áreas submarinas donde son fuentes de sismos de poca
profundidad (<40 km), si bien algunos alcanzan profundidades mayores (150
km), todos son de magnitud moderada (Ms < 6.5). El último de los sistemas
nombrados (El Pilar-Casanay) es el más activo con una agrupación
importante de sismos en la región del Golfo de Paria. Otro foco notable de
sismos de profundidad intermedia y somera se ubica al sur de Trinidad, en la
zona donde empalman la subsidencia de las Antillas Menores con el sistema
transcurrente Los Bajos-El Soldado.
En el noroeste del país, los sismos >40 km de
profundidad, probablemente se producen en la subducción amagmática de polaridad
sur y bajo ángulo de la placa Caribe por debajo del borde norte de Suramérica
(PEREZ & MENDOZA 1998).
CARACTERISTICAS
DE LAS FACIES DE TSUNAMIS
Las facies de tsunamis son casi desconocidas en el
registro geológico, principalmente porque tienen muy bajo potencial de
preservación debido a la acción del reflujo, la erosión costera, la deflación,
la escorrentía y erosión fluvial. Lo que se sabe sobre sus características
proviene del estudio de sedimentos acumulados recientemente en los cuales se
pone de manifiesto su similitud con los depósitos de tormentas; esto significa
que la identificación de algunos depósitos pudiera ser incorrecta. Otros
factores que atentan contra la preservación e identificación de los depósitos
de tsunamis son la actividad de organismos vivos y las modificaciones
antropogénicas de la estratigrafía superficial.
Después del rompimiento de las olas, el flujo del
tsunami que es muy turbulento, se desplaza casi perpendicular a la costa,
arrastrando sedimentos de distintos tamaños desde la zona marina
próximo-costera, la anteplaya, la playa, canales y llanuras de mareas, dunas y
terrenos costeros adyacentes a la costa, los que transporta como carga
suspendida junto con todo tipo de materiales que encuentra a su paso. La
corriente de reflujo, que se forma luego que la inundación alcanza su máxima
penetración y cota, es menos turbulenta que la inundación y tiene menor poder
erosivo, pero suficiente competencia para el transporte de sedimentos de
regreso al mar siguiendo el curso de las depresiones topográficas.
La corriente de reflujo es responsable de la
sedimentación por asentamiento gravitacional debido a la perdida de competencia
y por convergencia de las cargas sedimentarias entre el flujo y el reflujo
(HUNTINGTON et al. 2007). Los lugares apropiados para la
acumulación y preservación de los depósitos originados por tsunamis son todas
las zonas costeras poco elevadas como albuferas, marismas, estuarios, canales
de desembocadura y llanuras de mareas. Para muchos autores, los sedimentos
caóticos controlados por gravedad de ambientes marinos costa afuera, del borde
y pie del talud, tales como turbiditas, flujos detríticos y algunos depósitos
hemipelágicos tienen su origen en tsunamis producidos por sismos (SHANMUGAN
2006, 2008).
En general, las acumulaciones
de sedimentos por tsunamis están conformadas de una o varias capas de arenas,
de poco espesor (< 28 cm), homogéneos o grano decrecientes, con laminaciones
arcillosas y capa de lodo en el tope, su base abrupta o erosiva son suelos
pre-existentes de los cuales frecuentemente contiene clastos de arcilla
mezclados con arenas y fragmentos fósiles. En algunos lugares suele tener
láminas de minerales pesados en la base y estructuras de carga y de licuación
asociadas con movimientos sísmicos (Fig.
4).
No hay comentarios:
Publicar un comentario