PROFECÍA
DE CARLOS JIMÉNEZ SOBRE VENEZUELA,
ENERO 1984
(VERSIÓN
TRANSCRITA DEL AUDIO ORIGINAL)
Yo
siento mucho temor de lo que voy a decir esta noche y quiero absoluto silencio.
No quiero ni amenes, ni aleluyas. Yo quiero que ustedes me escuchen. Yo siento
una carga inmensa por este país, he
estado orando a Dios por esta República de Venezuela. En lo natural, y
quizás buscando el factor económico, debería estar en otro lado o proyectando
campañas en los EEUU donde Dios ha
comenzado a darme un ministerio precioso y glorioso en aquel país.
Hacen
dos años, dije: me voy de Venezuela. Y abandoné este país de cruzadas y Dios me llevó a Centroamérica, donde vi
su gloria. Vi el estadio de San Salvador completamente lleno por dos ocasiones,
con más de 60 mil personas en los últimos días, vi el estadio de Santa Ana
inmensamente lleno y en el estadio de San Miguel, una ciudad de más de 100 mil
personas, el último día de la cruzada había más de 35 mil personas que tuvimos
que salirnos al frente del estadio porque la multitud no cabía dentro del
estadio. Realmente yo no tenía pensado volver por mucho tiempo a Venezuela. Pero meses antes que el país entrara en
crisis Dios me dijo que tenía que regresar, después de casi dos años largos de
haber dejado de ministrar en este país volví, y volví con un mensaje que se
avecinaba una crisis.
En
aquel momento cuando yo anunciaba la crisis, por aquí está mi hermano Fuenmayor
como testigo, aun hasta pastores dijeron
que yo estaba loco que no había crisis para Venezuela que había mucho
petróleo para que Venezuela entrara en crisis. Varón el Señor me lo dijo y yo cumplo con decirle lo que me dijo el Señor y si yo no soy profeta de Jehová eso no se habrá de cumplir y a
los pocos meses reventó la crisis en la cual estamos sumidos ahora. Hace como
tres o cuatro meses el Señor me dijo
estas palabras: El
narcotráfico está
siendo cambiado de Colombia hacia Venezuela. Como hay necesidad de
dinero en este país y como este país ha gozado de un estatus económico
envidiable y el pueblo está acostumbrado a buenas cosas y como ya la nación
colombiana está desprestigiada precisamente por el narcotráfico ahora van a
usar como base a Venezuela.
Y
así lo dije en varias iglesias y en varias campañas al aire libre donde
ministré, saben una cosa para mí no fue una sorpresa cuando la semana pasada el
director de la PTJ confirmaba las palabras que yo había dado en las profecías
que me dio el Señor. Ayer le estaba
preguntando por qué me tienes en Venezuela, porque para mí el venir a Venezuela
ha significado un caos económico muy grande, por qué me tienes en Venezuela,
quisiera ministrar en otros países. En el año de 1984 solamente Dios me ha permitido óigame bien
solamente Dios me ha permitido
llevar dos meses de campañas fuera de Venezuela y es en la república de
Colombia en el mes de mayo y en el mes de octubre, todo el año restante lo
estamos llenando en este país, yo no quería comprender el plan del Señor.
Revuelta,
combates violentos
Ayer
estuve muy inquieto y le dije Señor
qué es lo que tú quieres conmigo en Venezuela y anoche a las 3:00 am Dios contestó y me dio la respuesta y
es ésta: yo no sueño mucho pero cada vez
que yo he soñado Dios ha confirmado mis sueños. La Biblia
dice que en los postreros tiempos se soñaran sueños de parte de Dios. Yo llegué a Maiquetía y sellé mi pasaporte y venía muy contento porque
tenía una serie de cruzadas que realizar en este país y en el día que llegué a
Venezuela estalló una tremenda revuelta en todo el país, comenzaron combates
violentos en todas las ciudades importantes y miles de muertos, yo corría por
toda Caracas y veía miles de muertos veía el río Guaire lleno de muertos, el
rio Guiare lo veía tinto en sangre y comencé a ver muertos en las azoteas,
disparos, las casuchas de las montañas destruyéndose por el fuego de morteros y
de coheterías, y saben en el sueño el Espíritu
me ordenó que me fuera de Venezuela cuando estaba en aquel combate violento,
pero con el tiempo sigue el sueño así.
Con
el tiempo yo volví a Venezuela, se había
acabado la guerra y cuando entré al aeropuerto no me acuerdo todavía pero
venía otro evangelista conmigo. Cuando entramos por Maiquetía al evangelista
que iba delante de mí le abrieron su
equipaje y vieron una Biblia y entonces el guardia que estaba allí le dijo: ¡usted
no sabe que esto está prohibido en Venezuela! Por lo tanto queda usted
arrestado y yo me quede estupefacto porque el siguiente equipaje que seguía era
el mío y é l comenzó a predicarles y me hizo señas con los ojos que me quedara
callado y mientras estaban discutiendo los demás guardias me dijeron usted
señor pase rápido y a mí no me revisaron el equipaje y yo entré a este país y
cuando entré en la ciudad comencé a ver una cantidad de soldados en las calles,
acostados en las esquinas. El color de
sus
uniformes era verde y en su frente, en la gorra tenían una estrella roja
y yo comencé a inquirir con las iglesias y comencé a preguntar por los
cristianos y fui a algunos templos que
yo conozco muy bien y sentía ganas de llorar porque vi a un templo que le
habían prendido fuego, vi otros templos que los tenían cerrados y otros templos
muy conocidos por mí los vi convertidos en cuarteles y yo comencé a llorar
y a decir dónde está la iglesia, dónde está la iglesia y me encontré con una
persona y le pregunte mire dónde están los cristianos y aquella persona me dijo:
“señor cállese porque lo van a meter preso aquí no se puede hablar de eso, los
cristianos están en la cárcel”.
Y
así fui a una cárcel. Recuerdo que era una cárcel de murallas altas y en el
patio había muchas (no se entiende la palabra) … y cuando yo entré a aquella
cárcel me dieron ganas de llorar porque vi siervos del Señor que los conozco muy bien, no voy a decir sus nombres porque
no creo prudente decir sus nombres, los vi en la cárcel, los vi tras las rejas,
y vi una cantidad de hermanos metidos todos en la cárcel, hacinados porque no
cabían en los cuartos y cuando ellos me vieron varios comenzaron a hacerme así (el
índice sobre los labios) para que me quedará callado y vi la angustia del
pueblo de Dios encarcelado, vi la
angustia del pueblo de Dios y de
repente de allá de mi alma, cuando yo vi al pueblo y lo vi entristecido lo
único que pude hacer fue decir estas palabras ¡Cristo vive! y de repente de la cárcel se escuchó un estruendoso
amén y hubo un amén poderoso que sacudió los cimientos de la cárcel y cuando
eso sucedió los guardias comenzaron a preguntar “¿quién fue el que gritó Cristo vive?”.
De
pronto viene un guardia y me dice “¿Tú fuiste el que dijiste Cristo vive?”. Le contesté: “Si yo lo
dije”. Entonces el hombre comenzó a llorar y me dice yo también soy cristiano
vamos a gritar los dos aunque nos pongan presos. Y comenzamos a gritar ¡Cristo vive! y el pueblo respondía
¡amén! Díganme amén cuando yo diga
Cristo vive.
Así
se oía, y de repente la guardia vino a arrestarnos y en ese momento hoy -a las 3 de la mañana, escribe el día,
estamos a 5 de enero de 1984- yo me desperté, estaba con ganas de llorar,
mis manos estaban temblorosas, yo no quería hablar esto esta noche, yo no
quería decirlo, había algo en mi. Yo todo el día he pasado con un malestar
terrible, yo no sé lo que me sucedía hoy, yo he pasado con un nerviosismo
encima de mí, yo no quería hablar esto en esta noche, pero óigame desde la 3am
hasta las 6am yo he pasado de rodillas intercediendo por esta república
pidiéndole al Señor que si va a
suceder que por lo menos nos prepare, si va a suceder que nos llene del Espíritu Santo, que nos de valor para no negar su nombre y que aunque haya prisiones y
aunque haya muerte y aunque haya dificultades que no importa lo que haya de
suceder, nosotros estaremos listos a ser encarcelados a ser llevados a las
mazmorras, aun predicar en la clandestinidad, aun a entregar nuestras vidas,
pero que él sea glorificado.
Yo
consulté esto con algunas personas antes de hablar y las personas sintieron del
Espíritu Santo que yo debía decir
esto. Se avecinan tiempos difíciles
para este país. Ustedes están esperanzados en gobiernos y en políticos
y yo no soy quién para hablarles de política y no estoy hablándoles de
políticas y ustedes están esperanzados
que vendrán mejores tiempos mejores, pero escúchenme los días serán malos
viene tiempos difíciles para este país, viene persecución para la iglesia
del Señor Jesucristo, pero así como viene persecución viene la depuración
porque el que esta medio sancochado se ira del coroto y solamente permanecerán
en el coroto aquellos que han conocido al Señor Jesucristo.
Aquellos
que tienen la esperanza de Israel en
su corazón. Aquellos que sienten la pasión por las almas. Por eso hermanos
jóvenes en este congreso yo quiero decirle que es tiempo de buscar a Dios, es tiempo de evangelizar, a mis
hermanos ministros quiero decirles que es tiempo de unirnos más quizás no ver
tanto a la denominación a la que pertenecemos sino saber que somos del pueblo
del Señor porque si no nos unimos
aquí ahora en momentos de bonanza en la cárcel si tendremos que unirnos para
alabar y glorificar el nombre del Señor.
Es
tiempo de dejar las rencillas pueblo de Dios,
es tiempo de dejar de pensar que somos unos mejores que otros, es tiempo de
dejar de pensar que somos el pueblo mejor que el Señor tiene. Yo creo que Dios
nos está llamando a pagar nuestra cuota de sufrimiento y ese testimonio del
pueblo de Dios en la cárcel para mí
me habla que aun hasta los guardias esos que custodian a los cristianos al
sentir la gloria del Señor van a
recibir inspiración para aun en la clandestinidad confesar a Cristo Jesús, que él vive que Él no es un Dios de muertos, que Jehová
reina.
Si
usted no quiere creer lo que le estoy diciendo, si usted quiere creer vamos a
consagrarnos al Señor, vamos a
buscar su rostro vamos a dejar que Espíritu
del Señor los sature, vamos a permitir que el Espíritu de Dios gima por nosotros y vamos a clamar por este país
que necesita de Dios. Somos la
esperanza de Dios para este pueblo.
Somos los oídos de Dios, oigamos la
palabra de Dios. Yo no puedo
decirles el tiempo porque no me fue revelado el tiempo, pero va a suceder y
será triste ese día.
Algunos negaran
el nombre del Señor. Vamos a llenarnos del Señor porque entonces no le tendremos miedo a la muerte, vamos a
llenarnos del Señor porque aunque
nos toque sufrir, la bendición del Señor
estará sobre nosotros. Esta noche yo les exhorto a que en cada hogar se haga un
altar para glorificar al Señor, que
cada hogar se convierta en un altar donde arda el fuego del Espíritu Santo y óigame esto yo lo digo hoy 5 de enero de 1984 si esto no se
cumple yo no soy profeta de Jehová
porque esto no lo va a retraer el Señor
y esto viene de parte de Dios. Lo
vamos a aceptar con valentía y nos vamos a parar sobre nuestros pies y aunque
se nos acabe la comida, y aunque se nos elimine, se nos persiga y tengamos que
vivir en túneles nosotros testificaremos de Jesucristo, hablaremos del Señor
y nos mantendremos en pie.
Solamente
para terminar porque no quiero decir más nada, quiero leerles unos versículos
nada más que Dios me dio para
leerles. Los que están aquí saben que yo no acostumbro estas cosas creo que es
primera vez en mi ministerio que yo hago esto. Yo no acostumbro. Yo no quiero
impresionarlos. Yo quiero que el Espíritu
de Dios los impresione. El próximo miércoles yo me voy a Paraguay pero
créanme que todos los días de mi vida y voy a estar orando por ustedes. En el Apocalipsis el capitulo 21 dice así: Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva…
(leer de la Biblia).
Los cobardes e
incrédulos los fornicarios y hechiceros tendrán su parte….que es la muerte
segunda y quiero leerle…la ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna…
Póngase
de pie vamos a adorar a Dios y vamos
a interceder por este país, levante sus manos y levante su voz, glorifique a Dios, gimamos por este país, este es tu
país, si eres extranjero y vives aquí este es tu país, ¡aleluya, aleluya!
Alábalo, alábalo, mezcla tu oración con lloro, intercede en esta noche, se está
cerrando el tiempo, ¡aleluya, mueve a tu pueblo Señor en esta noche!
No
hay duda que Dios nos bendijo, y no
hay duda que lo que hablamos vino de parte de Dios, yo creo que esta noche tenemos otra parte del cielo. Después
de terminar el hermano Omar Díaz evangelista nacido en esta bella república
llegó y me dijo varón mi esposa tuvo un sueño similar, su esposa vio la guerra
vio la persecución y también una cosa que me llamó poderosamente la atención
que su hija en ese momento que tuvo ese sueño y vio la persecución de lo que Dios me mostró en esa noche su hija
tiene 9 años de edad y su hija tiene hoy 4 años de edad. Hoy en el periódico El Nacional apareció una noticia que quiero leerla
viernes 6 de enero de 1984 en la sección D un líder político dice ruego a Dios por el éxito de (nombre) y nombra
al próximo presidente.
Una
de las cosas que el líder dice es si
el próximo presidente no rescata a la nación podría producirse un colapso
de la democracia. También dice la habilidad de la izquierda es la única
alternativa de poder. Una de las cosas que yo he pensado es que si no se hace un
buen gobierno no habrá excusa porque tienen a su favor todas las cámaras y
estoy seguro que van a tener en su favor todos los consejos del país, yo he
tomado esto no para hablar porque yo no estoy en contra ni de uno ni de otro.
Pero he tomado esto para corroborar lo que el Señor me dijo anoche. Y cotejando lo que dijera nuestro hermano
Omar Díaz esto podría producirse en cinco años o tal vez más. ¿Qué hay que
hacer ante esta disyuntiva que se presenta? No hay duda que Dios nos quiere alertar, hará algo Jehová sin que lo declare a los
profetas. Hará algo el Señor sin que
lo advierta a su pueblo.
Yo
hablaba con un pastor y me contaba: “Tú
viste mi iglesia en ese sueño y que era mi iglesia un cuartel. Yo quiero
decirte que hace 20 años una hermana vio mi iglesia convertida en un cuartel”.
Ahora, ¿cuál es el mensaje para esta noche?: abramos nuestras Biblias en 2ª Crónicas 7:14 y así dice la
Palabra: Si se humillare mi pueblo sobre el cual mi nombre es invocado y oraren
y buscaren mi rostro y se convirtieren de sus malos caminos entonces yo oiré
desde los cielos y perdonaré sus pecados y sanaré su tierra.
Cuántos
quieren sanidad sobre Venezuela, cuántos quieren que el poder del Espíritu Santo se derrame sobre este
pueblo, cuántos quieren mis estimados hermanos que el pueblo del Señor se levante a proclamar a Jesucristo como la única solución,
óigame bien aunque se están presentando muchas alternativas en este país, para
mí como profeta de Dios yo creo que
la única alternativa somos nosotros los que creemos en Jesucristo. Esta noche el Espíritu
Santo nos hace un llamamiento para humillarnos, y qué significa humillarnos
significa primeramente dejar los odios y rencores que puedan existir, sanar
nuestra alma, andar en integridad delante del rostro de Jehová de los ejércitos, aleluya; reconocer a nuestros hermanos
como deben ser reconocidos y humillarnos delante del Señor para que el poder del Espíritu
nos unja y no solamente nos unja a nosotros sino que en nuestra humillación la
gloria del Señor va a correr por
nuestro país del oriente a occidente y del norte al sur y hasta el último
rincón de este querido país.
¡Que
la palabra de Dios penetre porque es
palabra de un pueblo que se humilla y busca el rostro del Señor, aleluya! Si se humillare mi pueblo y buscare mi rostro, creo
que hay que volvernos al ayuno, tenemos que volvernos a la oración, tenemos que
volvernos a las vigilias, a la evangelización agresiva de las calles, de los
buses, del metro, tenemos que pedir el poder de lo alto para ser como el
bautista que alumbraba por fuera y ardía por dentro. Hay que buscar el rostro
del Señor para que podamos decir
como el apóstol Pedro “lo que tengo te doy”.
Mas
si ahora lo que tenemos es altivez y si ahora lo que tenemos es querellas entre
nosotros y si ahora no nos podemos reunir en una reunión magna porque
pertenecemos a diferentes denominaciones si ahora mis estimados hermanos no
podemos mirar a otro que es también lavado por la sangre de Jesucristo porque
no pertenece a mi denominación, no hay duda que Dios va a permitir que la prueba venga para que en la prueba nos
podamos hermanar pero si queremos evitar la prueba desde ya tenemos que
hermanarnos tenemos que comer de la misma mesa tenemos que beber del mismo
bautismo tenemos que ser ungidos por el Espíritu
Santo y el espíritu de humildad tiene que reposar sobre nosotros aleluya!
Las barreras
denominacionales nos están
matando porque no eres de mi denominación tú no puedes ser de los míos ni
puedes compartir conmigo. Si alguien piensa que yo no soy de las asambleas de Dios aquí está mi credencial al día
1983 yo soy de las asambleas de Dios
y estoy hablando desde las asambleas de Dios
pero no estoy buscando solamente a las Asambleas de Dios estoy invitando a todo el pueblo evangélico de Venezuela hacia
la unidad del Espíritu a que
tengamos un mismo Señor, una misma
fe, un mismo bautismo y para eso tenemos que humillarnos, y tenemos que
quitarnos nuestros prejuicios y tenemos que quitarnos las barreras y destruir
ese celo que nos está matando y reconocernos los unos a los otros como pueblo
del Señor.
Que el bautista
pueda ver al pentecostal como su hermano, y que el pentecostal pueda tenderle
una mano al bautista, una mano franca y decirle aunque no tienes lo que yo
tengo tu eres mi hermano, ¡aleluya! que el presbiteriano no mire con orgullo al
pentecostal y que el pentecostal no mire con orgullo al presbiteriano, que los
libres puedan sentir que les amamos porque a veces nosotros los pentecostales
aunque decimos que nos desprecian somos los que hemos puesto esa barrera con eso
del Espíritu Santo.
Gracias
a Dios que nos ha sido dado al Espíritu Santo pero eso no debe ser
motivo de enorgullecerse, eso debe ser motivo de hacernos más humildes y mirar
aquellos hermanos que no tienen al Espíritu
Santo con amor y con pasión. Si se humillare mi pueblo, tenemos que
humillarnos, quizás Dios ha enviado
esta crisis para que haya poca comida, menos hallacas, menos arepa y dediquemos
tiempo al ayuno y la oración. Yo quiero parecerme a Jeremías en esta noche ante
ustedes, yo quiero parecerme a Jeremías cuando dijo paraos en los caminos yo me
imagino la figura famélica del profeta, quizás con sus ojos febriles cuando se
paró allí y le dijo paraos en los caminos y preguntad cual era la antigua senda
y entonces andad por ella.
Aquí está la senda
antigua, no la modernicemos. La senda antigua el mensaje antiguo de ayuno, de oración, de vigilia, de mucha oración,
de búsqueda intensa, de intercesión, de estar en la presencia del Señor, ese es el camino que Dios quiere para su pueblo. Por eso
pueblo de Dios en este momento
histórico, en este momento cuando Dios
nos llama a reconciliación, en este momento cuando el poder de Dios está sobre esta nación, en este
instante cuando Dios nos quiere
hablar detengámonos un poco, detengamos nuestros programas si es preciso
cerremos tantos programas en la iglesia y tengamos días enteros de oración,
abramos los templos desde por la mañana para que el pueblo vaya a orar a buscar
el rostro del Señor….(habla en
lenguas), aleluya, aleluya, aleluya, aleluya!...el mensaje (habla en lenguas
otra vez), aleluya. He aquí dice el Señor
yo estoy para hacer algo que vosotros, no entendéis, estoy buscando hombres y
mujeres que se alisten en mi ejército, hombres de manos limpias y corazón
limpio, hombres y mujeres de visión, llenos de poder.
Quiero
depositar mi gloria, aquella gloria que deposité en los profetas, quiero
hacerlo en este tiempo, vienen días difíciles, peligrosos pero aunque mi
iglesia fuera perseguida las puertas del infierno no prevalecerá sobre mi
iglesia y saldrá victoriosa de la prueba pero ahora hijos míos es un llamado de
urgencia preparaos, reuníos en el altar
de Jehová, restaurad el altar de
Jehová porque está destruido. Restaurarlo
con intercesión, restaurarlo con ayuno, restaurarlo en nuestros corazones y cuando
arda ese altar, el altar sobre Venezuela también arderá con el poder del
Espíritu del Señor, yo te llamo hoy dice Jehová el Señor, ¡aleluya, aleluya,
aleluya, aleluya! ¡El llamamiento en esta noche no es al pueblo de Venezuela,
no! Dios no está llamando a toda la nación de Venezuela como tampoco llamo a
Israel, la Biblia dice si se humillare mi, mi, mi pueblo, el pueblo mío, si se
humillare el pueblo que invoca a mi nombre.
No
le echo la culpa a los políticos ni le echo la culpa a los pecadores si eso se
derrumba será culpa suya y mía porque no nos hemos humillado delante de la
presencia del Señor. esta noche el
llamamiento es para usted que es lavado con la sangre de Jesucristo es para
usted que tiene la facilidad de invocar el nombre del Señor, esta noche el llamamiento es para ti que tienes las puertas
de los cielos abiertas a tu clamor y que debes levantar un clamor unánime desde
esta noche y que cada iglesia y que cada hogar se convierta en un altar donde
estamos intercediendo antes de que venga y se desbarajuste esta nación porque
si esto cae será culpa suya y mía (habla en lenguas). Cuando fui a la nación
del Salvador por primera vez, sabe lo que había allí, encontré a una iglesia
miedosa que no quería salir de sus paredes, se estaban alistando para recibir a
las fuerzas ateas para que dominara el país y el ánimo que había era como el que cuelga sobre Venezuela, que muy pronto este país caerá bajo las fuerzas de la izquierda. Dios me dio mensajes muy similares a
estos y yo recuerdo que la iglesia en el Salvador aceptó el reto de Dios. La iglesia del Salvador vive de
rodillas, en las esquinas, en los estadios, proclamando a Jesucristo, alaba en los templos, predica en los cuarteles, ha
entregado mártires porque son muchos pastores que han sido asesinados por su fe
y muchos cristianos que han sido asesinados por predicar a Jesucristo.
Yo
tengo en mi memoria a dos jóvenes que tenían una de las partes más difíciles de
la ciudad del Salvador y llegaron una noche los barrieron y los mataron y
dejaron sus cuerpos tirados y daba tristeza de ver la cantidad de tratados
regados y tirados a su alrededor, pero al día siguiente no habían dos jóvenes
predicando en ese lugar, había 20 nuevos jóvenes predicando la palabra de Dios. Si Dios nos llama a entregar nuestras vidas por predicar el evangelio
y por ser fiel a su Palabra, vamos a
hacer fiel porque el que perdiere la vida por causa del Señor este la hallará y tendrá vida eterna.
Algo
hay aquí en el ambiente, si mi pueblo se me humillare y orare y buscare mi
rostro yo oiré desde los cielos dice el Señor.
Allí está la promesa, ¿acaso Nínive quería ser destruida? Dios oyó el clamor de un pueblo impío que se arrepintió y si oyó el
clamor de un pueblo impío cuánto no mas no va a escuchar el clamor de un pueblo
de aquellos que fueron lavados y regenerados por la sangre del Cordero que nos
quita el pecado del mundo. Es un llamamiento de urgencia es un llamamiento
para todas las edades, es un llamamiento para que dejemos de estar jugando a la
iglesia, porque estamos jugando mucho a la iglesia, para considerarnos más del Señor para dejar de vivir una vida
disipada, es un llamamiento para ser cristianos verticales, íntegros con Dios, dispuestos a darle el tiempo al Señor y darle lo que nuestra vida
corresponda al Señor entonces Jehová nos bendecirá y en nuestra
bendición será bendita Venezuela, cuántos lo creen pero quiero terminar con
esto.
Ojalá que esto
no entre y se quede en saco roto, ojalá que no nos entre por aquí y nos salga
por aquí.
Yo he venido orando desde ayer y hoy: Señor
dales temor a tu pueblo y no nos dejes descansar, trae espíritu de compunción a
tu pueblo, de que andemos compungidos Señor
pon esa carga que tú has puesto en mí ponla en tus ministros, en los diáconos,
en los creyentes de la iglesia. Dios
nos llama en esta noche, presbíteros hay que alertar a los pastores, ministros
hay que alertar a la iglesia, creyentes hay que alertar al creyente frío que
vive, anhelo hermanos que pudiéramos tener control para que desde este día o la
próxima semana en todas las iglesias de Venezuela tengamos cultos de oración,
donde el pueblo se humille de verdad porque Dios quiere sanar y perdonar nuestro pueblo pero depende de
nosotros, esta noche Dios te llama a
ponerte en la brecha como Dios llamo
a Ezequiel, te pondrás tu? Yo si voy a ponerme delante del Señor. ¡Pónganse de pie vamos a adorar al Señor, adore a Dios, el
vive, el vive, no se muevan que toda vía falta mucho en este culto, aleluya,
aleluya!... ¡clama pueblo de Dios!...clama
pueblo de Dios.
¡Aleluya!...
Canción
Diez
años han pasado después de aquel primer grito. “El tiempo ya llegó, postergo
mis juicios sobre esta nación -decía el
Señor- por qué olvidaron que os hablé, por qué la voz del profeta se perdió
en el tiempo, por qué vuestro corazón se endureció y vuestro oído se cerró a mi
voz. Llegó, llegó el angustioso momento, oh circuncidad vuestros oídos, abrid
vuestro corazón y oíd con claridad. Yo
soy el mismo que hablo ayer, yo soy
el mismo que hablo hoy mi palabra era verdad, no creyeron, no creyeron, se hizo
tarde.
El hambre ya vino
y la miseria se apresura, apura
sus pasos sin resbalarse mientras la injusticia del hombre lo trae con premura,
oraré en la distancia por la tierra que
amo, oraré en secreto por el amigo que extraño, oraré en el silencio levantando
mis manos, creeré a la justicia de Dios el soberano. Oro por mi pueblo, oro por
mi gente, no creyeron no entendieron se hizo tarde, pienso y tiemblo con gran
dolor, mi alma se entristece en mi, mientras mi pecho arde. Lloro por mi
pueblo, lloro por mi gente, no creyeron, no entendieron se hizo tarde, pienso y
tiemblo con gran dolor, mi alma se entristece en mi mientras mi pecho arde y
crecerá el renuevo que fue herido y en preñez de angustia nacerá el regocijo y
cantaré y alabaré de alegría en tierra extraña porque recordare que eso también
mi Dios lo dijo.
Lloro
por mi pueblo, lloro por mi gente. No creyeron, no entendieron, se hizo tarde, más
por lo que viene pienso y tiemblo con gran dolor. Mi alma se entristece en mí
mientras mi pecho arde. Oíd concilios, oíd iglesias, aquí nació mi esperanza,
dolores de parto han sufrido muchos de ustedes por verme nacer mi vientre
dilata y el fruto de vuestro dolor está a punto de ser vuestro clamor es mi
savia, vuestro clamor es mi vida, no calléis, no calléis, no me hagas sentir
que puedo perecer, levantad manos santas, circuncidad vuestros oídos y abrid
vuestros ojos. Limpiad vuestras manos porque el tiempo no será más largo y la
esperanza dará su fruto. Mi ángel, mi
ángel marca la raya final, mas ya no pasaran ni hombres ni principados para que
no sea más grande el luto, solo que quieren embriagarse con la sangre del
pueblo y con gran orgía se beberán la derrota de mis santos. Solo oíd y
humillaos en clamor las preguntas las hago y las respuestas las tengo. Oíd la
voz de esta oración, después de ser mi esperanza no os convirtáis en mi verdugo
por vuestra incredulidad. Oíd, oíd mis santos. Limpiad, limpiad con premura
vuestro corazón y convocad con diligencia a mi pueblo, corred, corred…
Lloro
por mi pueblo, lloro por mi gente, no creyeron, no entendieron se hizo tarde,
mas por lo que viene pienso y tiemblo con gran dolor mi alma se entristece en
mi, mientras mi pecho arde, y crecerá de el renuevo del árbol que fue herido y
en preñez de angustia nacerá el regocijo y cantaré y alabaré con alegría en
tierra extraña porque recordare que eso también mi Dios me dijo…
Y
la iglesia le oyó a Dios, y mucho pueblo
gimió y mucho pueblo clamó. La tierra se estremecía cuando un grito se
escuchaba. No era un grito de pavor no era un grito de dolor. Era un grito de
esperanza, era la vida naciente, era el fruto del clamor, las lagrimas hicieron
que enjugaron la bandera de esta tierra e hicieron
posible el parto aunque con sangre y dolor.
Dios vio el
llanto de su iglesia y aunque el parto fue muy duro han cesado sus dolores, han
cesado sus querellas. La bienvenida te damos mi patria querida y bella y al
nombre que Dios le ha dado es la nueva Venezuela.
PROFECÍA
DE CARLOS JIMÉNEZ SOBRE VENEZUELA, ENERO 1984
(VERSIÓN
TRANSCRITA DEL AUDIO ORIGINAL)
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NOTA: Para GLORIA DE DIOS, agradecemos con suma humildad y afecto a la hermana Eunice Fincher por habernos cedido este importante texto profético. Ahora toca al pueblo venezolano saber que debe humillarse delante del GRAN YO SOY para que JEHOVÁ DIOS DE LOS EJÉRCITOS muestre su misericordia, su perdón y ofrezca por medio de JESUCRISTO, su HIJO AMADO, la restauración de esta tierra de gracia...