martes, 10 de julio de 2012

lunes, 9 de julio de 2012

CIENCIA SIN FICCIÓN / ¿Conoce usted la historia tsunamigénica de Venezuela?


 Tsunamis en el Caribe: significación para Venezuela  / (parte 4 y final) 

IDENTIFICACION DE RIESGO E IMPACTO AMBIENTAL 
La posición geográfica de nuestro país y el contexto geodinámico regional, hacen que nuestro país sea vulnerable a tsunamis producidos por sismos de epicentro submarino, foco somero y magnitud moderada que ocurren en los límites de la placa Caribe, principalmente en la zona de subducción al este de las Antillas Menores. Otra fuente potencial de riesgo son los volcanes los cuales pueden provocar tsunamis a través de varios mecanismos que incluyen el colapso de calderas, deslizamiento de sus flancos, avalanchas detríticas, flujos piroclásticos y otros. El mayor riesgo está representado por el volcán submarino “Kick´em Jenny” localizado 8 Km al norte de Granada, aproximadamente a unos 260 Km al NNE de Margarita; el mismo ha tenido varias erupciones después de su primera en 1939. Estudios de simulación realizados por SMITH & SHEPHERD (1992) sugieren que una erupción catastrófica de este volcán podría generar olas de tipo tsunami que alcanzarían la costa venezolana en menos de dos horas (Fig. 6).


Dichas olas podrían ser imperceptibles ya que al llegar a nuestras costas tendrían entre uno y dos metros de altura, en el peor de los casos (PARARAS-CARAYANNIS 2004).
Tomando como base el contexto geodinámico regional, las evidencias históricas y la escasa información disponible sobre tsunamis en las costas de nuestro país, se puede concluir que la probabilidad de tsunamis de origen tectónico en las costas venezolanas es de alto a moderado con probable efectos catastróficos por el elevado desarrollo urbanístico.
Las costas del norte, noreste y noroeste de Margarita se examinaron mediante Google Earth con el propósito de identificar localidades potencialmente favorables para depositar sedimentos originados por tsunamis relacionados con volcanismo en el arco de las Antillas Menores y/o la placa subducida. 
Los lugares más atractivos para encontrar este tipo de acumulaciones son la planicie de Guacuco, albufera Puerto Cruz-Zaragoza, Bahía de Plata, playa La Galera y albufera de la Restinga. El lado sur de la isla es susceptible a eventos sísmicos producidos a lo largo de los tramos submarinos del sistema de fallas San Sebastián-El Pilar, los mayores efectos sería sentidos principalmente en las zonas bajas de Porlamar y en Las Marites-El Yaque; en otros lugares como El Guamache, Punta de Piedras y Laguna de Raya probablemente no sería afectados.
Los márgenes norte y sur de la Fosa de Cariaco representan un riesgo local de tsunamis por deslizamientos submarinos ocasionados por sismos a lo largo del sistema de fallas de El Pilar.



La mayoría de los eventos de oleajes e inundaciones que históricamente han afectado la ciudad de Cumaná, pueden catalogarse como tsunamis de origen tectónico provocados por movimientos sísmicos ocurridos en el sistema de fallas El Pilar
El oleaje que el año 1900 azotó las costas de Barlovento pudo haber sido ocasionado por un sismo relacionado con el sistema de fallas de San Sebastián. Las olas que dañaron el puerto de La Vela en 1955, se atribuyen a un sismo ocurrido en Panamá. 
Las fuertes olas reportadas durante el terremoto de Caracas del año 1967 fueron  resultado del paso del huracán Edna al norte de Venezuela y no al sismo, cuyo foco tuvo lugar en tierra, en la falla de Tacagua, en el Sistema Montañoso del Caribe (LANDER, WHITESIDE & LOCKRIDGE 2002; SCHUBERT 1994).
En la evaluación del riesgo además de elaborar el registro histórico, se necesita identificar la ocurrencia de eventos tsunamigénicos pre-históricos para lo cual se debe recurrir al estudio de la estratigrafía superficial, en las zonas costeras favorables para su preservación. 
Las claves para la identificación son las relaciones estratigráficas, las características texturales, paleontológicas, mineralógicas y geoquímicas. La determinación de la edad y el cartografiado de los depósitos son fundamentales. 
Los resultados permiten inferir la frecuencia y energía de las olas y corrientes lo cual eventualmente ayudaría a calibrar modelos numéricos, en desarrollo, capaces de predecir la altura y energía de las olas, extensión del área inundada, condiciones del flujo, duración del evento y otras variables que ayudan a visualizar el poder destructivo de los tsunamis ocurridos a lo largo del tiempo en una región determinada (JAFFE & GELFENBAUM, 2002).
La magnitud del impacto ambiental de los maremotos es función del mecanismo que los origina. En el caso de origen tectónico depende de la distancia a la costa del epicentro, la profundidad del foco, el mecanismo focal  y la energía del sismo. 
También es importante la batimetría costera, la topografía, la dirección de las olas, la forma de la costa y la presencia de barreras naturales como corales y manglares. 
Los daños causados van más allá de cambios en la topografía y la erosión de la zona marina próximo-costera, playas, zona entremareas, manglares, dunas, canales de mareas, desembocaduras fluviales y puntos salientes de la costa, e incluye la destrucción de obras de infraestructura habitacional y pública (carreteras, acueductos, sistemas de tratamiento de aguas servidas, líneas de transmisión eléctrica, tuberías de distribución y sitios de almacenamiento de combustibles), contaminación salina de suelos y de las aguas superficiales y subterráneas por incorporación de agua salada, materia fecal o hidrocarburos líquidos. 
No todos los elementos costeros responden de la misma forma ante el impacto de las olas, las playas y la vegetación, aunque suelen sufrir daños severos, se recuperan rápidamente; mas no así los arrecifes coralinos costeros cuya recuperación es más lenta (SZCZUCINSKI et al. 2006).
Venezuela junto a otros países de la región, forma parte del proyecto para desarrollar un Sistema de Alerta de Tsunamis (TWS), el cual coordina la Comisión Intergubernamental Oceánica (IOC) de la UNESCO. Internamente, el Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, en el marco del “Proyecto de investigación aplicada a la gestión integral del riesgo en espacios urbanos”, inició la instalación de un Sistema de Monitoreo Oceanográfico con la finalidad de recabar información en tiempo real para disminuir la incertidumbre en los pronósticos de riesgos meteorológicos costeros (Funvisis, 2008).

CONCLUSIONES
Por su similitud con los sedimentos productos de tormentas, el reconocimiento de los depósitos de tsunamis no es un asunto sencillo; sin embargo, se han determinado ciertas características que podrían ayudar a su identificación.
Particularmente diagnósticos de los depósitos de tsunamis son la presencia de restos vegetales, hojas y troncos, intraclastos del suelo infrayacente, la gradación lateral y vertical del tamaño de grano, la presencia de arcillas interestratificadas y estructuras de licuación, la ocurrencia de arenas con fósiles fracturados de origen marino embebidos en sedimentos finos de zonas lagunares situadas detrás de las playas donde abundan fósiles de agua dulce y salobre bien preservados y el área cubierta  por los sedimentos. 
Otro aspecto resaltante es el carácter multimodal de los depósitos registrándose, desde sedimentos del tamaño de arcillas, limos, arenas, gravas hasta grandes bloques de varias toneladas de peso.
La mayor parte de los sedimentos acarreados en suspensión por la corriente de flujo provienen de la erosión en la zona marina próximo-costera y de la zona terrestre adyacente a la costa. La sedimentación ocurre mayormente durante el reflujo en las zonas bajas costeras.
Tomando como base los registros históricos y el contexto geodinámico regional, la costa norte de Venezuela es susceptible principalmente a los rigores de tsunamis de origen tectónico; aunque no se pueden descartar otras fuentes como las erupciones volcánicas y deslizamientos submarinos.
La literatura geológica venezolana relacionada con estudios de sedimentos asociados a tsunamis es bastante escasa.
El creciente aumento poblacional y el desarrollo de infraestructura pública y privada en las zonas costeras ameritan evaluar el riesgo asociado a la ocurrencia de tsunamis. Para ello es necesario comenzar con la identificación sistemática de sedimentos depositados por tsunamis prehistóricos en áreas favorables para su preservación.
La determinación de la edad, el espesor y el tamaño de granos permiten obtener información para calibrar los modelos numéricos en desarrollo y predecir el impacto sobre la morfología y la infraestructura costera ayudando a la adopción de medidas preventivas eficaces.
Es necesario aumentar la divulgación y acelerar la ejecución del programa “Educación para la Gerencia de Riesgos en las Comunidades Costeras” que lleva a cabo el Ministerio del Poder Popular de Ciencia y Tecnología, a fin de preparar la población para enfrentar los efectos de sismos mayores, incluyendo las inundaciones por tsunamis y otros fenómenos naturales más frecuentes.
Se recomienda no olvidar que las zonas costeras poco elevadas son las más vulnerables, las olas de tsunamis se desplazan más rápido que las personas, el agua en la costa se aleja varios metros de esta antes de la llegada de la ola cuya fuerza y energía es enorme, pudiendo transportar rocas de gran tamaño, botes y autos decenas de metros tierra adentro. 
Se desconoce el momento en que puede a ocurrir los tsunamis originados por sismos; los producidos por volcanes son algo más predecibles. Finalmente, la corriente de flujo puede penetrar centenares de metros tierra adentro siguiendo los cursos fluviales a partir de la desembocadura de los ríos y quebradas.

TABLA 1

PROBABLES EVENTOS TSUNAMIGENICOS

EN LAS COSTAS DE VENEZUELA

 

(LANDER, WHITESIDE & LOCKRIDGE 2002, FUNVISIS, 2002).

1.       01/09/1530: Cumaná, Paria y Cubagua fueron afectadas. El mar se elevó 7,3 metros en la costa de Paria y 6 metros en Cubagua y Cumaná, donde llegó a las colinas cercanas, a una media legua de distancia. La tierra se agrietó y hubo emanación de aguas saladas y asfalto.
2.       1543: Cumaná fue destruida por terremoto, hubo olas más altas que el terreno.
3.       21/10/1766: Nuevamente Cumaná fue destruida por violento sismo. Se reportó elevación del suelo y desaparición de algunas isletas en el Delta del Orinoco.
4.       05/05/1802: Fuerte sismo en Cumaná, se dice que en la parte baja del curso del Rio Orinoco hubo recesión y ascenso del agua.
5.       26/03/1812: Elevación del nivel del mar asociado a fuerte sismo en La Guaira.
6.       15/07/1853: Fuerte sismo en Cumaná, seguido de olas de entre 5 y 6 metros de altura, se estima que hubieron cerca de 4000 víctimas. Subsidencia en los arenales de Caigüire y El Peñón.
7.       13/08/1868: Se reporta tsunami en Juan Griego y en Rio Caribe, asociado a fuerte sismo que se sintió en diversos lugares del  interior del país, entre otros Río Apure, Río Arauca y Ciudad Bolívar.
8.       29/10/1900: Un sismo que afectó al litoral central y Barlovento, causó grandes daños materiales, se reportaron olas de 10 metros de altura en Macuto, pero no en la boca del Río Neverí donde una isleta desapareció.
9.       31/01/1906: Reporte de tsunami en Cumaná, Carúpano, Margarita y Río Caribe.
10.   12/10/1916: Reporte de tsunami asociado con sismo en Ocumare de la Costa.
11.   17/01/1929: Cumaná destruida por terremoto, con saldo de varias víctimas fatales. Reporte de tsunami en varios lugares de la costa, en Puerto Sucre el mar se retiró 200 metros y regresó con ola de 6 metros de altura que destruyó viviendas y barcos. Informe de colapso y deslizamientos a lo largo de falla de Caigüire.
12.   18/01/1955: En La Vela de Coro se reportó fuerte oleaje que destruyó barcos y muelles. Se cree que un sismo de 5.5 ocurrido en Panamá pudo haber sido la causa.
13.   29/07/1967: Terremoto de 6.2 cerca del litoral central. No se verificó ocurrencia de tsunami, el huracán Edna pasaba al norte.
14.   13/09/1979: El muelle de Puerto Cumarebo fue roto por olas, probablemente  asociadas a sismo de 5.0 Mb en Panamá.
15.   09/07/1997: Sismo en la costa de Sucre, sentido en Monagas, Anzoátegui y Trinidad-Tobago, causo daños importantes en Cumaná y Cariaco y daños menores en otras poblaciones de Sucre.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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CIENCIA SIN FICCIÓN / ¿Conoce usted la historia tsunamigénica de Venezuela?

        Tsunamis en el Caribe: significación para Venezuela  / (parte 3)



No es frecuente encontrar estructuras sedimentarias, sin embargo, se han encontrado estructuras de corriente bidireccional y ondulitas asimétricas apuntando la dirección hacia el mar. El contenido faunal es variado, se compone de  mezclas de fósiles marinos planctónicos y bentónicos de distintos ambientes, fracturados, y fósiles de agua dulce y salobre de estratos continentales y transicionales bien preservados. Los estudios granulométricos señalan el carácter multimodal de los depósitos con mejor escogimiento hacia arriba. Es frecuente encontrar en la costa de muchos lugares, a varios metros por encima del nivel actual de las olas y de las mareas, la presencia de peñas, peñones y megaclastos aislados de varios metros cúbicos y toneladas de peso que se han interpretado como arrastrados y depositados por tsunamis (MORTON et al. 2006; USGS 2001; JAFFE & GELFENBAUM 2003; DE MARTINI 2003; SCHEFFERS 2002; SCHEFFERS & KELLETAT 2004; DAWSON & STEWART 2007; MORTON, GELFENBAUM & JAFFE 2007; SRINIVASALU et al. 2009).

EVIDENCIAS DE TSUNAMIS EN EL CARIBE
Históricamente, desde el descubrimiento en 1498 y hasta el año 2000, en la región se han reportado algo más de 90 tsunamis, 27 de los cuales son considerados verdaderos y 9 como posibles (LANDER, WHITESIDE & LOCKRIDGE 2002).
El primer evento tsunamigénico de que se tiene noticia, fue el terremoto ocurrido el 1 de Septiembre de 1530. Dicho sismo, que probablemente tuvo su origen en la falla de El Pilar, originó grandes olas que afectaron las costas de Venezuela, especialmente Cumaná, Paria y la isla de Cubagua; a partir de entonces, se han reportado tsunamis de origen tectónico en las Islas Vírgenes, Rep. Dominicana, Puerto Rico, Antígua, Guadalupe, Barbados, Martinica, Dominica, Trinidad-Tobago, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. 
Mención particular merece el tsunami que produjo el terremoto de Lisboa, ocurrido el 1 de Noviembre de 1755 cuyas olas llegaron a la región del Caribe aproximadamente 9,3 horas más tarde, con alturas entre 0,8 y 1,5 metros en Barbados, Antígua, Dominica y Martinica; y de 7 a 4,5 metros en St. Martin y Saba respectivamente. 
Tsunamis de origen volcánico se han producido en Antígua, Martinica, Montserrat, Granada y San Vicente. Durante los últimos 400 años, la cadena de islas de las Antillas Menores ha sido afectada por 24 eventos tsunamigénicos, la mayor parte de ellos con efectos locales. El principal origen de los tsunamis en el Caribe es el tectónico, seguido en número por los de tipo volcánico a menudo acompañados por grandes deslizamientos de masas de tierra hacia el mar provenientes del flanco de los volcanes y por finalmente, los tele-tsunamis (MORTON et al. 2006; LANDER, WHITESIDE & LOCKRIDGE 2002; ZAHIBO & PELINOVSKY 2001; SCHUBERT 1994).
En el Caribe, a pesar de las referencias históricas, son escasas las identificaciones de sedimentos depositados por tsunamis. MOYA & MERCADO (2006), citados en MORTON et al. (2006) describieron, en diversas localidades al noroeste de Puerto Rico, láminas de arenas finas, a veces con restos de corales, fragmentos de conchas y concentración de minerales pesados en la base que, por el contraste con los sedimentos infra y suprayacentes, muy probablemente fueron depositadas por paleo-tsunamis.
La presencia de megaclastos en las costas de las Islas Caimán, Puerto Rico, Bahamas, Aruba, Curazao, Bonaire, Barbados, Guadalupe, San Martin, Anguila y Jamaica ha sido citada como ejemplo característico de tsunamis  (SCHEFFERS 2002; SCHEFFERS A, SCHEFFERS S. & KELLETAT 2005). Los depósitos de Curazao, Aruba y Bonaire, compuestos por clastos del tamaño de gravas, peñones y bloques de 100 metros cúbicos de calizas y corales, localizados a una altura entre 1 y 12 metros por encima del nivel del mar, fueron posteriormente examinados por MORTON et al. (2008) quien concluye que no existen evidencias sólidas sobre el mecanismo responsable del transporte y acumulación de estos sedimentos. Igual conclusión se alcanzó en sedimentos polimodales compuestos por mezclas de arenas, gravas y peñones, situados a nivel de las olas en las costas de Puerto Rico, Bonaire y Guadalupe, previamente atribuidos a la acción de tsunamis, que por su morfología y características sedimentológicas son más bien resultado de una larga y repetida acción de olas de tormentas (MORTON et al. 2006, 2008).
Pese a las referencias históricas, es poco lo que se conoce sobre sedimentos de tsunamis en la costa norte de nuestro país. SCHUBERT (1994) atribuyó este origen a una acumulación de grava coralina sobre una terraza erosional de 10 a 20 metros de altura al oeste de Puerto Colombia, cerca de Choroní en el estado Aragua, sugiriendo que el mismo fue depositado por un tsunami de extensión local producto de un deslizamiento submarino originado por un sismo.
LEAL et al., (2011) identificaron, mediante núcleos no perturbados extraídos en la periferia del complejo lagunar Los Patos en Cumaná, depósitos de arenas limpias de base erosiva que, por cuyas características geoquímicas, sedimentológicas y paleontológicas, interpretaron como productos de tsunamis prehistóricos posiblemente provocados por sismos en el sistema de fallas El Pilar.
THEILEN-WILLIGE (2006) elaboró, usando imágenes de LANDSAT derivadas de la Shuttle Radar Topographic Mission (SRTM, 2000), mapas morfométricos integrados con información geomorfológica, geológica, topográfica y sísmica, para determinar que las zonas más susceptibles a inundación por tsunamis son el Delta del Orinoco, la región Golfo de Araya-Bahía de Pozuelos-Barlovento, el Golfo Triste (Morón-Tucacas), la zona del Istmo de Los Médanos-Golfete de Coro y la Guajira Venezolana. En algunas partes, se identifican rasgos geomorfológicos paralelos entre sí, casi perpendiculares a la costa que el autor interpretó como trazas de erosión causadas por tsunamis. Sin embargo, en ninguna de esas localidades, se hace mención de acumulaciones de sedimentos depositados por tsunamis (Fig. 5).

(Continuará...)

CONMEMORACIÓN / Especial de EL TIEMPO sobre el terremoto de Sucre de 1997

Un trabajo especial que realizó Yumelis Díaz para el Diario EL TIEMPO, cuando dicho medio impreso tenía oficinas en Cumaná y Carúpano en el estado Sucre. Tal publicación se realizó con motivo del X aniversario de la tragedia que enlutó a la tierra mariscala el 9 de julio de 1997.





CONMEMORACIÓN / Derrumbe del Edificio Miramar en Cumaná...

Así quedó el Edificio Miramar, tras sufrir el embate de un terremoto de magnitud 6,9 en la escala abierta de Ritchter el 9 de julio de 1997 a las 3:24 minutos de la tarde en Cumaná, estado Sucre, Venezuela. 


CONMEMORACIÓN / QUINCE AÑOS del terremoto de Cariaco que asoló a Sucre

ASÍ era el Edificio Miramar (conocido como el de Seguros La Seguridad, por el aviso colocado en su azotea) en la Avenida Arístides Rojas, al oeste de Cumaná, estado Sucre. Dicha edificación se derrumbó con el terremoto del 9 de julio de 1997, provocando consternación ante la cantidad de fallecidos que dejó tan lamentable tragedia.






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jueves, 5 de julio de 2012

DOCUMENTAL POLÉMICO / Zeitgeist: Addendum (Títulos en español)

¿MI RECOMENDACIÓN? Date este poquito más de dos horas a ver este documental. Luego de ello, verás que para ti, entre otras tantas cosas creadas por los "amos del valle" en este mundo y adicto a la "caja boba" de la televisión, las cosas nunca volverán a ser igual. Será como si renacieras de las cenizas a las que te someten los dueños de los medios multieconómicos del planeta con programaciones basura que explotan los peores instintos del ser humano. Y eso sólo es... la punta de este témpano de pudrición...

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INVESTIGACIÓN Científica / El Código Secreto de la Biblia (Capítulo IV)

CÓDIGO secreto que sólo existe en los Sagrados textos 

de la Biblia... la Palabra Profética más segura...

parte IV




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