miércoles, 20 de junio de 2012

CONSPIRACIONES / Profecía de Parravicini sobre los Juegos Olímpicos-London 2012 Prophecy


¿Qué será esto y qué tiene que ver con presuntas y especulativas teorías conspirativas en los Juegos Olímpicos de Londres 2012?

HISTORIAS / LA OLA... (continuación)

Por Luis E. Gutiérrez / CNP 4560.
El terremoto capital...
Aceriano se volvió a reencontrar una vez más con su amigo Henry en la red social.
La conversación se decantó en principio por los saludos habituales de rigor sobre la familia y el atajo de la edad, que suele ser algo de lo cual tomarle el pelo a la contraparte, hasta que la plática entró de nuevo en el tema de las visiones oníricas del caminante-ciudadano.
-¿Vuelves otra vez con ese creer tuyo que sucederán cosas espeluznantes en Venezuela? Yo creo que te lo tomas demasiado a pecho. Los sueños sueños son nada más. No hay que preocuparse ni apegarse a eso, en serio, dijo de nuevo envuelto en su aparentemente fría seguridad el amigo del Aceriano.
Pero éste, vista su fe y en el afecto que le tiene a todos aquellos que le aprecian en lo personal o en la trémula distancia de un programa de radio o de lo que escribe a través de internet, le relató otra visión catastrófica dada por el SEÑOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA.
-Lee bien mi amigo -le dice el aceriano a su interlucutor- lo que me dejó ver el SEÑOR. En mi sueño me ví en Caracas, a la altura del sector Nuevo Circo en la avenida Fuerzas Armadas. Andaba por el lado este de lo que alguna vez fue parte del otrora terminal del Nuevo Circo de Caracas. El sitio donde me hallaba parado estaba baldío en mi visión, un lote de terreno aplanado debidamente, como si allí se fuera a construir algo a futuro, relató.
Su narración explica que sobre el cielo caraqueño se apostaba un tiempo de nubes bajas, muy oscuras y que el majestuoso cerro El Ávila (Guaraira Repano) estaba cubierto por ellas hasta la mitad de su altura. Era un día frío, gris y aparentemente monótono en la siempre congestionada capital de la República. Los colores se opacaron en ese mortecino atardecer, aunque la gente andaba en sus habituales corri-corri.
-¿Y qué es eso que viste que te causó tanto pavor y te hace prevenir a todo aquel con el cual hablas sobre presuntos eventos que ocurrirán en Venezuela? ¿De veras crees que eso pasará?, le pregunta el ahora ansioso Henry, aunque conservando atisbos de duda sobre el relato de su amigo.
El Aceriano, sin prestar atención a tal incredulidad, que hacían a su carnal digno émulo del apóstol Tomás, siguió relatando como de improviso, en su visión, en el cielo, por encima de su cabeza y por debajo de techo de nubes oscuras como de lluvia, comenzaban a pasar una especie de cometas de polvo que se estrellaban violentamente contra las faldas de El Ávila, haciendo un estallido atemorizante.
-Fue en ese instante que viré mi mirada hacia un grupo de edificios ubicados hacia la confluencia norte de lo que por hoy es la sede del Palacio de Justicia y de pronto la tierra comenzó a vibrar, haciendo una especie de crujido que se incrementaba de manera vertiginosa.
Sus ojos miraron como en fracciones de segundo la violenta sacudida de un terremoto de magnitudes insospechadas, mecía los edificios de un lado a otro y la violencia del fenómeno telúrico comenzó a derrumbar una a una, como fichas de dominó que se desploman una tras otra en un efecto en cadena, tales estructuras, mientras la gente corría desesperada de un lado al otro, presa del pánico, ante la furia imprevista desatada por la naturaleza.
-Fue así como se oian los alaridos: "¡terremoto, ayyyyy, un terreeeemotoooo!!! Las estructuras crujían y se desplomaban, dejando en su derrumbe una estela de polvo y escombros que cubrían las calles. En medio de aquella escena tan atemorizante y catastrófica, me desperte asustado, rogando al cielo que tal cosa no acontezca jamás, si es la voluntad de quién tiene el dominio en el cielo y en la tierra... (continuará para la Gloria de DIOS).








Terremoto de Caracas 
de 1967

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lunes, 18 de junio de 2012

HISTORIAS / LA OLA...

Por: Luis E. Gutiérrez Nieves
-¿Te lo tomas a mamaderita de gallo?, preguntó el aceriano.

-Ah, pero tú lo que estás es loco, eres un sádico, un desquiciado. No digas eso que trae pava, adujo su amigo internauta.

-¿Sabes? Me haces recordar -le dice aceriano al otro, aquel muy secular, lógico, cimentado en lo que cree su razonamiento irrebatible- a aquella grupera de seres humanos indolentes, acomodados, infatuados, amantes de los misales dominicales para "CUMPLIR" con DIOS y así acumular su cuota para obtener el pasaporte hacia el cielo, con la ya muy manoseada frase "yo no le hago mal a nadie".

Y le agregó: -Eres igual a los contemporáneos de la era de Noé, que se pervirtieron y llevaron a DIOS a desatar todas las fuentes de las aguas. No cayeron en cuenta de las advertencias del "loco aquel que estaba construyendo un 'tapaíto' gigante por órdenes del SEÑOR", hasta que la puerta del Arca la cerró DIOS y vino el diluvio y se los llevó a todos.

-Pero bueno, ¿vas a seguir con esa loquera? replica el otro. Pana, la lectura bíblica te tiene desquiciado. Anda a verte con un psiquiatra. Necesitas ayuda profesional. No va a pasar nada. ¡Qué visión ni qué visión nada! Tú lo que tienes es el cerebro volteao. Cómprate uno nuevo, que el disco duro se te malogró.

Lo cierto es que aquel siervo se desvelaba, oraba a DIOS, ayunaba y pedía por su familia, por sus hijos, nietos, por sus vecinos y amigos. ¡Claro!, también por aquellos que no le querían tanto (y vamos a ser sinceros, por los cuales tampoco sentía un afecto profundo, pero bueno...), obviando las razones para tales animadversiones, cumplir con el mandato dado por el bendito carpintero de Nazareth era imperioso, ya que DIOS no hace acepción de personas.

La visión de una ola monstruosa entrando en la ciudad primogénita y con las aguas corriendo con fuerza incalculable por calles y avenidas era una revelación que DIOS le mostró. Resultaba un cuadro dantesco y surrealista, pero... ¿cómo advertirles? ¿Cómo decirles? ¿Cómo remover de sus posaderas el pegamento que les une a su butaca de comodidad e indiferencia, de incredulidad, dónde sólo lo material copa sus corazones y sus vidas, sin que importe la suerte del prójimo y en más de un caso en particular, la suerte de hasta miembros de su misma familia?

Igual de angustiosa son las imágenes oníricas en un lugar lejano ahora a su actual sitio de residencia. De movimientos tortuosos de las aguas hacia la zona de Maiquetía, el aeropuerto nacional e internacional y particularmente la reiterada visión de verse colocado en un atardecer hacia la oscurana en un sector del Balneario de Catia La Mar, todo en el estado Vargas.

Allí la gente estaba en su habitual desmadre que incluía música a todo volumen, ingesta de alcohol a raudales y mujeres de variadas edades, mostrando las mondongueras y luciendo hilos dentales que en muchos casos exhibían las huellas de celulitis que ni tratamientos ni cremitas pudieron extirpar de sus engrosados cuerpos. Eso sin contar como es de suponer a las que tenían "con qué" económicamente hablando y optaron por hacerse una "reingeniería" córporea de los pies a la cabeza.

Más allá, grupos de personas tendidas en la arena, gente en el agua. Hombres, mujeres y niños se desperdigaban despreocupados y divertidos por esa franja litoral.

-Mira Henry, dice el aceriano, ví en esa visión una pared de agua que se acrecentaba a medida que se aproximaba desde el horizonte. Y a medida que minimizaba su distancia con respecto a la orilla de la playa, más grande se hacía. Yo les gritaba a los bañistas que vieran hacia el horizonte marino. Me desgañité para despertarles de su embotamiento fiestero y alcohólico, pero no me oían.

En medio de aquella visión, el relatante se dio cuenta que no era su cuerpo lo que estaba en aquel balneario, al cual solían llevarlo su papá y su mamá de niño, junto a su hermana menor. Estaba en el espíritu y no podía hacer más nada sino mirar.

De pronto, vio como algunos de los bañistas que estaban en la arena, se les aclaró la vista y apresurados, comenzaron a recoger sus pertenencias, a sus niños y comenzaban a correr hacia el área de estacionamientos, desesperados pensaban en buscar zonas altas como único medio para salvar sus vidas, antes que llegará a la costa lo que resultaría imparable e inminente... (continuará para la Gloria de DIOS).

AMENAZA / Vendaval que no llegó sino a aguacerito en Cumaná



Este fue el tiempo de lluvia que se posó sobre Cumaná en horas de la tarde del domingo. Fuertes vientos y amenaza de fuerte lluvia se hacían sentir como preludio de un palazo de agua, que al final no fue más que un chubasco en el área metropolitana de La Primogénita. GLORIA a DIOS porque fue así.
Y la foto de ese mismo fenómeno natural es esta...


sábado, 16 de junio de 2012

CIENCIA SIN FICCIÓN / ¿Conoce usted la historia tsunamigénica de Venezuela?


Tsunamis en el Caribe: significación para Venezuela 
(parte 1)


-Generalmente en nuestro país hemos oído, leído y visto temas y noticias relacionados con eventos de las denominadas olas de puerto (tsunami), tomando como ejemplos patentes los litorales japoneses y chilenos que están ubicados en zonas de alto potencial sísmico. Mas, aunque usted no lo crea, Venezuela tiene también su historia "negra" en materia de este tipo de eventos. Aquí en este especial de varias entregas, basado en un artículo firmado por Pascual R. Márquez S., usted se enterará de las posibilidades y peligros que conlleva vivir en una zona donde en algún momento puede presentarse un tsunami, porque hay evidencias que plasman 15 fenómenos naturales de este tipo en las costas venezolanas, de los cuales, ocho en total, se produjeron hacia la zona nororiental de nuestra nación.

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RESUMEN
La región del Caribe y la costa norte de Venezuela no son ajenas a la ocurrencia de tsunamis, principalmente de origen tectónico; así lo demuestran más de 90 eventos de tipo tsunamis  reportados desde su descubrimiento y la geodinámica de la Placa Caribe, sísmicamente activa, asiento de una zona de subducción y un arco volcánico. A pesar de ello, la disponibilidad de estudios relacionados con la identificación de sedimentos acumulados por tsunamis es limitada. 
Depósitos de arenas interpretados como producto de tsunamis fueron descritos al noroeste de Puerto Rico. En las costas de otras islas peñones y clastos de gran tamaño han sido atribuidos al mismo fenómeno. Aunque el nororiente de Venezuela ha sido inundado seis veces por olas de gran tamaño, probablemente originadas por sismos ocurridos en el sistema de fallas rumbo-deslizantes que forman el límite meridional de la Placa Caribe, solo se conocen dos localidades donde se han identificado depósitos de tsunamis, una es Puerto Colombia, en la costa central del país, y la otra es la laguna Los Patos en Cumana. 
El propósito fundamental del presente artículo es incentivar el interés por la exploración e identificación de sedimentos depositados por tsunamis en áreas favorables para su preservación; esto constituiría un aporte clave para predecir su ocurrencia y adoptar de forma oportuna medidas preventivas para disminuir o evitar los daños a la infraestructura y la pérdida de vidas humanas en zonas costeras de poca elevación y densamente pobladas, sobretodo vulnerables a inundaciones causadas por este tipo de fenómeno natural.

INTRODUCCIÓN
Tsunami es una agitación repentina, aleatoria de la superficie marina, no relacionada con mareas o fenómenos meteorológicos, sino que son el resultado de la acción aislada o conjunta de varios mecanismos, los cuales pueden ocurrir en cualquier momento, afectando mares, océanos y lagos, independiente del ambiente tectónico.
Aunque pueden producirse por erupciones volcánicas, deslizamientos submarinos y sub-aéreos de los flancos de montañas y por la caída de grandes meteoritos, la mayor parte de los tsunamis son de origen tectónico producidos por sismos de foco somero, epicentro submarino y magnitud superior a 6.5 que ocurren en los límites de las  placas tectónicas, principalmente en las zonas de subducción, donde la convergencia genera fallas inversas en la placa cabalgante y tensión, con fallamiento normal, en la placa subducente. (Fig. 1).
El mecanismo más invocado es aquel según el cual en la fosa oceánica, a lo largo de las fallas inversas, se producen súbitos desplazamientos hacia arriba del fondo submarino que empujan verticalmente grandes masas de agua provocando el ascenso de la superficie del océano (Fig. 2); sin embargo, no se descarta que a lo largo de fallas normales también se originen tsunamis; en cuyo caso, habría un súbito descenso del fondo marino lo cual atraería agua de todas direcciones, creando un descenso en la superficie del océano. 
En ambos casos se generan una serie de ondas que se propagan, desde el punto de perturbación, en todas las direcciones a través del océano afectando la columna completa de agua. Las olas producidas tienen características distintas a las olas causadas por el viento. 
De hecho, la longitud de onda está en el orden de los centenares de kilómetros, con periodo generalmente entre 1,6 y 33 minutos y una velocidad que en mar abierto alcanza entre 600 – 800 km/h (SHANMUGAN 2008) la cual disminuye al acercarse a las zonas de aguas someras, donde su amplitud, que normalmente se aproxima a un metro en mar abierto, aumenta considerablemente hasta alcanzar alturas superiores a los 30 metros para descargar su energía con gran ímpetu sobre el área expuesta de la costa, erosionando los sedimentos de la  anteplaya, la playa, la zona entre mareas y áreas terrestres adyacentes, destruyendo todo a su paso.
Tsunami de Sumatra 2004
El ejemplo mejor conocido de tsunami de origen tectónico es el gran tsunami acaecido en el Océano Índico el 26 de Diciembre del año 2004, causado por un terremoto de magnitud 9 que tuvo lugar en la fosa de Sunda. Este terremoto produjo además deslizamientos submarinos cuyas olas se sumaron a las generadas por el sismo. Los daños materiales producidos fueron enormes y la cifra de muertos sobrepasó las 280.000 personas (DAWSON & STEWART 2007).
De los tsunamis producidos por erupciones volcánicas submarinas, el más documentado es el que produjo el colapso de la caldera del volcán Santorini hace 3.500 años, que produjo la deposición de turbiditas proximales en pequeñas cuencas perchadas del mar Mediterráneo (CITA & ALOISI 2000).
Otro ejemplo proviene del colapso del volcán Krakatoa en 1883, situado en el estrecho de Sunda, entre Sumatra y Java, que provocó olas entre 30 y 40 metros de altura.
Otro evento tsunamigénico son los deslizamientos submarinos, numerosos de ellos han sido revelados durante la exploración de los mares. El más conocido es el deslizamiento submarino de Storagge ocurrido entre 8000-5000 B.P al oeste de Noruega el cual produjo tsunamis cuyas evidencias se han localizado en varios lugares costeros del Mar del Norte y del Atlántico Norte (MURTY et al. 2005; DAWSON & STEWART 2007). Deslizamientos de los flancos de volcanes y de montañas aledañas a las costas, han sido citados como causantes de tsunamis cuaternarios, de alcance local, en las islas Canarias, Molokai, Hawaii y en Papúa Nueva Guinea (WARD & DAY 2005; WHELAN & KELLETAT 2003).
En diversos lugares como Chile, Norteamérica, Suráfrica, India, China, Japón y Australia, en distintas épocas geológicas, se han interpretado sedimentos producidos por mega-tsunamis atribuidos al impacto de meteoritos (BOURGEOIS 2008). 
Es bien conocido que durante el Cretáceo Tardío el Golfo de México fue afectado por varios impactos de meteoritos, el mayor de los cuales sucedió muy próximo al límite Cretáceo/Paleógeno. Se postuló que los depósitos de flujo por gravedad encontrados en el Golfo de México, en el centro y en la costa occidental de Cuba, en el noreste de México y en la costa tejana del Golfo de México, están vinculados con tsunamis inducidos por impactos de meteoritos (KAZUHISA et al. 2004; GARCIA et al. 2001).
Históricamente se comprueba que los maremotos son más comunes en los océanos Pacífico e Índico en los cuales abunda la convergencia de placas y el desarrollo de numerosas zonas de subducción
En el océano Atlántico, donde no hay grandes zonas de subducción, la mayoría de las grandes olas son causadas por deslizamientos de tierra y tienen un efecto localizado, excepto el gran tsunami creado por el terremoto de Lisboa en 1755. Sin embargo, la región del Caribe, parte integrante del océano Atlántico, se considera de alto riesgo para la ocurrencia de tsunamis de origen tectónico causados por sismos de epicentro submarino, magnitud  > 6,5 y foco > 40 km asociados con la subducción al este de las Antillas Menores. (CONTINUARÁ)...