El dueño de una viña se marchó
a contratar obreros
a unos hombres en la plaza encontró
y a la viña fueron.
a unos hombres en la plaza encontró
y a la viña fueron.
El precio del trabajo que ofreció
fue de un denario
por un día de esfuerzo y de sudor
no era mal salario.
Al llegar el mediodía, aquel señor
fue otra vez al pueblo
a nuevos operarios contrató
por el igual dinero.
fue de un denario
por un día de esfuerzo y de sudor
no era mal salario.
Al llegar el mediodía, aquel señor
fue otra vez al pueblo
a nuevos operarios contrató
por el igual dinero.
En cuanto el día atardeció
fue a contratar de nuevo
y a unos que ahí había, ofreció
el mismo sueldo.
fue a contratar de nuevo
y a unos que ahí había, ofreció
el mismo sueldo.
En cuanto la jornada se acabó
vinieron los obreros
y a todos por igual se les pagó,
como fue el acuerdo.
vinieron los obreros
y a todos por igual se les pagó,
como fue el acuerdo.
Aquellos que estuvieron todo el día
mucho se ofendieron
viendo que los últimos tenían
el jornal entero.
mucho se ofendieron
viendo que los últimos tenían
el jornal entero.
El dueño a sus protestas contestó
no te he dado menos,
o es que sientes envidia de que yo
por igual os quiero.
no te he dado menos,
o es que sientes envidia de que yo
por igual os quiero.
Los primeros serán últimos
Y los últimos primeros.
Y los últimos primeros.
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