Las bases de datos del PREP del IFE fueron hechas por Hildebrando S.A. de C.V., empresa del cuñado incómodo de Felipe Calderón, Diego Zavala. Esto pone en entredicho la confiabildad de los resultados electorales puesto que si el software fué alterado por Hildebrando para favorecer a Calderón por medio de un algoritmo que le reste votos a Andrés Manuel López Obrador, o le invente votos a Felipe Calderón, las elecciones del 2 de Julio de 2006 en México serán fraudulentas.
El video que verán a continuación fue grabado en Estados Unidos y es un testimonio de un programador de software que fué contratado por el partido republicano (que actualmente asesora a Felipe Calderón) para que alterara los resultados de las elecciones y que confiesa que eso fué lo que le pidieron los republicanos: alterar el software de los conteos para que se manipularan los resultados y se crearan resultados fraudulentos a favor de los republicanos (en este caso a favor de George W. Bush).
El programador advierte que el uso de este software para alterar los resultados es indetectable. Y dice además que la manera de saber si los resultados de una elección son fraudulentos es comparándolos con las encuestas de salida. Si los resultados son distintos a las encuestas de salida, se trata entonces de un fraude. Eso fué exactamente lo que sucedió en las elecciones de 2004 en Estados Unidos: las encuestas de salida (exit-polls) daban como ganador a John Kerry. Pero luego misteriosamente Bush gana las elecciones y no queda rastro del fraude.
México corrió el mismo riesgo de un fraude electoral electrónico si el IFE no permite que se revise el código del software de sus bases de datos para revisar si Hildebrando no lo alteró para favorecer a Felipe Calderón. (Cualquier parecido con el mal olor post-ambiental-electoral en Venezuela, es sólo mera coincidencia)
El video que verán a continuación fue grabado en Estados Unidos y es un testimonio de un programador de software que fué contratado por el partido republicano (que actualmente asesora a Felipe Calderón) para que alterara los resultados de las elecciones y que confiesa que eso fué lo que le pidieron los republicanos: alterar el software de los conteos para que se manipularan los resultados y se crearan resultados fraudulentos a favor de los republicanos (en este caso a favor de George W. Bush).
El programador advierte que el uso de este software para alterar los resultados es indetectable. Y dice además que la manera de saber si los resultados de una elección son fraudulentos es comparándolos con las encuestas de salida. Si los resultados son distintos a las encuestas de salida, se trata entonces de un fraude. Eso fué exactamente lo que sucedió en las elecciones de 2004 en Estados Unidos: las encuestas de salida (exit-polls) daban como ganador a John Kerry. Pero luego misteriosamente Bush gana las elecciones y no queda rastro del fraude.
México corrió el mismo riesgo de un fraude electoral electrónico si el IFE no permite que se revise el código del software de sus bases de datos para revisar si Hildebrando no lo alteró para favorecer a Felipe Calderón. (Cualquier parecido con el mal olor post-ambiental-electoral en Venezuela, es sólo mera coincidencia)
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