La discusión sobre una posible devaluación sigue viva a pocos días para la llegada de 2013
Luis Vicente León |
“El Gobierno puede no decretar una devaluación, pero no puede evitar la depreciación que ya ocurrió”, comentaba León a través de su cuenta en la red social de Twitter. Para él, “es muy probable que tengamos noticias económicas relevantes antes de fin de año”, pues en el país ya no es posible hacer proyecciones en base a modelos económicos formales.
Según el Gobierno Nacional, la devaluación no está contemplada para el año 2013, pero Luis Vicente León opinó: “Si la decisión política de no devaluar prevalece, el Gobierno debe, al menos, ubicarse en el escenario menos malo: devaluación implícita”
El pasado 24 de octubre el ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani, entregó el proyecto de ley de presupuesto para el próximo año que será de 396.406 millones de bolívares, unos 92.187 millones de dólares.
“Dado el contexto de alta volatilidad de las variables externas se mantiene el criterio de prudencia como lineamiento estratégico de la política fiscal, por ello el Ejecutivo nacional estimó para el ejercicio fiscal 2013 un precio promedio -del petróleo-, de 55 dólares el barril”, dijo Giordani durante su discurso en la Asamblea Nacional.
Según León, “si la decisión política de no devaluar prevalece, el Gobierno debe, al menos, ubicarse en el escenario menos malo: devaluación implícita”. El escenario para el 2013 es un barril de petróleo a un precio conservador -precio promedio anual- y una devaluación implícita o selectiva, implica que el Ejecutivo Nacional pueda reacomodar la venta de divisas oficiales al sector privado.
Pero este sistema no solo afecta a la empresa, sino que además, puede producir un aumento de la inflación, que ya se estima para el año que viene entre 14% y 16%, según datos del Gobierno Nacional.
“No hay forma de que el Gobierno sustituya al mercado. Eso no ha funcionado en ninguna parte y no lo hará tampoco aquí. Los gobiernos que han intentado monopolizar las importaciones han multiplicado el desabastecimiento”, escribió León durante la mañana de este 25 de diciembre en lo que él llamó un “recreo económico de las vacaciones” que, sin duda, avivó las proyecciones que se hacían antes de las elecciones presidenciales.
Como comentó a sus seguidores, ninguna propuesta económica en discusión es perfecta y una opción podría ser “un sistema de cambios múltiples”, pues “si no es posible devaluar por costos políticos, la asignación de divisas regaladas (4,3) debe limitarse a muy pocas cosas básicas”.
El dilema que plantea se basa en la clásica fórmula de importación y exportación y, aunque dice estar de acuerdo con que el Gobierno no entregue divisas baratas a importaciones no esenciales, asegura que debe permitir la entrada de mercancía con dólares a otro precio.
Y en el contexto venezolano, donde el Estado ocupa gran parte de la economía nacional; donde el control de las divisas lleva ya casi 10 años; donde muchos denuncian el aumento de las importaciones y la falta de producción; León opina que “la decisión de sustituir importaciones privadas por públicas sólo funciona para una parte minoritaria del mercado”.
¿Devaluar o no devaluar? He ahí el dilema, al menos, de los analistas, pues el Gobierno lo tiene claro: esta posibilidad no está planteada y va muchos más allá de cuestiones políticas, como dijo Merentes al diario El Nacional tras las lecciones de octubre, “Sin importar por quién votó cada quien en estas elecciones, tenemos que trabajar para reducir la inflación a un dígito; es por el bienestar de todos y en particular de los que menos tienen. El BCV hará el esfuerzo para recibir a los inversionistas y empresarios”.
Pero para León no debe haber culpa porque “devaluar sólo significa reconocer tus errores pasados”, algo así como un proceso de reflexión que no debe quedar solo, sino que debe acompañarse con las correcciones necesarias para evitar una devaluación en el futuro.
Por: Ana Vanessa Herero / Noticias24
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